Te Trataré como a una Reina
Olga Guillot
Olga Guillot: La reina del bolero


Olga Guillot: Maestría en boleros

NORMA NIURKA
El Nuevo Herald

A Olga Guillot no hay que explicarla; ella creó un estilo, se impuso sola, marcó una época. En su voz los pueblos reconocen un género, porque, como ella misma dice, tiene una maestría en boleros. La suerte es que conserva su voz y vive en Miami, semiretirada para no tener el agobio de las obligaciones profesionales, pero más vigente que nunca; porque ahora el bolero reina como ella.

Debutó a los siete años de edad en un dúo que hacía con su hermana Ana Luisa, en La Habana, y este año celebra 60 años de carrera artística. Acaba de regresar de una gira por España, donde la honraron por su aniversario y asombró hasta a los jefes de gobierno. De vez en cuando, cuando la Guillot sube al escenario, hay que quitarse el sombrero. El sábado, en Tropigala, pueden comprobarlo.

¿Qué cantaste antes de hacerte bolerista?

``Yo era jazzista, ya había grabado canciones americanas con letras en español para la Panart, cuando empecé a pensar que tenía que cambiar. En 1947 empecé a cantar boleros, cuando nos llegaban los grandes boleros de México''.

¿Qué te atrajo del género?

``Las letras''. ¿Cuál fue el primer bolero que te impresionó?

``Uno mexicano que se llamaba Tuya. Decía: `Tuya soy, porque tú me enseñaste a querer...' ''. ¿El bolero más importante de tu carrera?

``Miénteme, del mexicano Chamaco Domínguez, fue el que me internacionalizó, pero antes de eso, ya había empezado a viajar, en los 40, con el repertorio de José Antonio Méndez, César Portillo de la Luz, Juan Bruno Tarraza y Julio Gutiérrez. Cuando en 1954 grabé Miénteme, ya tenía mi maestría en boleros''. ¿Cantantes que te gustan?

``Vamos a hablar claro, hay muchos intérpretes de éxito en distintos países, pero hay algunos grandes, como Pedro Vargas; Beny Moré es irrepetible, Lucho Gatica tiene un estilo único''. ¿De la actual generación?

``Admiro a Luis Miguel, porque el niño canta y me gusta su estilo; Alejandro Fernández tiene una voz preciosa y adoro a Alejandro Sanz. A esos hay que respetar, a otros no los quiero ni oír''. ¿Y mujeres? Ana Gabriel es muy buena, y Miriam Hernández dice muy bonito''. ¿Hay que estudiar para cantar? Es bueno perfeccionarse, pero sólo si ya tienes una voz bonita. ¿Morirá el bolero?

``Nunca, la prueba está en que la balada no pudo matarlo''. Si no te expresaras con la voz, ¿cómo te expresarías?

``Con decir, soy más actriz que cantante''. ¿Qué hubiera sido de tu carrera de haberte quedado en la isla?

``Te voy a confesar la verdad: sería una más, porque nunca estuve con el sistema''. ¿Cómo fue tu vida de niña?

``Tuve una infancia humilde, pero tan feliz, que cuando la recuerdo, las lágrimas me corren. En esa época, disfrutaba hasta lo que comíamos, que no eran manjares. El domingo era divino, era el día del arroz con leche y el cine. Ibamos a la tanda de las cinco, y cuando llegábamos del cine nos daban el arroz con leche que había hecho mi mamá''. ¿Cuál ha sido el momento más duro de tu vida?

``Cuando mi mamá murió de un infarto a los 48 años, yo era jovencita''. Viviste décadas en México, ¿qué te dio ese país?

``Me aceptó como artista y como persona''. ¿Tu virtud?

``Que no puedo ver injusticias. Voy por la calle y veo a alguien que le da un cocotazo al hijo, y yo me meto en lo que no me importa. A veces salgo trasquilada por esas cosas''. ¿Tu defecto?

``Soy muy temperamental, muy bocona. Todo lo que siento, lo digo; no lo puedo evitar. Eso me ha perjudicado, pero me siento muy limpia cuando expulso esas cosas de mi interior. ¿Qué exiges de una amistad?

``Sinceridad. Odio la hipocresía y la mentira''. ¿Qué exiges de un amor?

``Fidelidad. Uno quiere la perfección. En eso no he tenido suerte''. De tus cuatro matrimonios, cual fue el mejor?

``Me amaron y amé, boté y me botaron (risas). Unos te aman, porque eres famosa, otros te usan. Los que te quieren de verdad, no duran. Mi mejor esposo ha sido mi carrera; por lo menos me es fiel''. ¿A quién recuerdas especialmente?

``Entré a la vida de René Touzet y salí rápido de la vida de René Touzet, pero me dejó una hija y una canción''. ¿Cuál ha sido el punto más importante de tu vida?

``Amar y ser amada ha sido muy significativo en mi vida; y cuando tuve momentos sentimentales profundos, alegres o tristes, siempre tuvieron que ver con mi carrera''. ¿Bailas?

``Bailo muy bien, y de todo: guaracha, danzón, rumba, guaguancó; soy una cubana vertical''. ¿Qué música te gusta escuchar?

``La ópera. Mi favorita es Aida. La vi en Italia en un escenario natural. También me gusta el ballet. Fíjate que, aunque Alicia Alonso es comunista y difiero de sus ideas, la considero la más grande bailarina. Hay que respetarla''. ¿Tu preocupación?

``Llegar a la vejez con salud''. ¿Qué cambiarías del pasado?

``No cambiaría nada de mi vida, sólo haría que mi mamá no muriera''. ¿Qué deseas ahora?

``Pido a Dios que me dé salud en los años que me queden para disfrutar cosas con mi hija, mi familia, mis amigos''. ¿Qué dejas al bolerista del futuro?

``Todos los que hicimos boleros hemos dejado escuela''.

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La Guillot escribe sus memorias

Nación Digital. Revista Viva

Olga Guillot, la cubana "reina del bolero", anunció en Madrid su proyecto de publicar en España sus Memorias, reconociendo haber fracasado "un millón de veces" antes de acariciar las estrellas de la fama y que los sufrimientos del pasado representan hoy los inolvidables peldaños que coronaron su éxito.

"Esos fracasos del pasado anterior son hoy mis medallas, porque lo logré, logré el éxito que buscaba y creo que será bonito escribir un libro con mis memorias. Y quiero hacerlo en España", señaló. "Estoy segura que el libro se venderá aunque no tiene muchas cosas rojas", subrayó.

Olga Guillot llegó a España para festejar el 59 aniversario de su carrera artística, que inició en 1938 en Cuba haciendo dúo con su hermana Ana Luisa en el programa radial La Corte Suprema del Arte, antes de recorrer el mundo con boleros hoy tan famosos como Tú me acostumbraste, Miénteme, Total, Qué sabes tú, Sabor a mí y otros grabados por ella en 51 discos de larga duración. Sus éxitos le han permitido ganar 20 discos de oro.

"Ya las búsquedas se terminaron para mí y quiero gozar en vida de todos los homenajes que me pueda merecer", señala la diva del bolero. Se considera la "pionera mundial de la canción erótica", al lanzar durante el franquismo español -a pesar de una censura previa- el osado y apasionado tema de la compositora mexicana Lolita de la Colina ¡Me muero,...me muero!

Pero también está convencida de ser "la creadora de una escuela del bolero", única e inmortal. "Yo hice la escuela y se siente bonito hacer algo que deja la huella", asegura antes de reconocer que quizás el bolero "estuvo en una época un poquito secuestrado por las baladas, pero sin morir nunca".

El bolero --en el que siempre hay un culpable--, para ella "es poesía y sentimiento" siempre en vigencia, cariñoso, gruñón y a veces agresivo.

La cantante, que retorna a España después de 12 años de ausencia, adelantó que en sus memorias hay muchas reflexiones y anécdotas, así como muchos consejos prácticos y orientaciones para las nuevas generaciones de cantantes.

Haciendo alusión al joven bolerista mexicano Luis Miguel -que tuvo un gran éxito en 1992 con un CD de grandes boleros del pasado-, Olga Guillot se confesó "encantada" del reencuentro del bolero con la juventud.

"Amar lo que haces, va a decir una hoja del libro, y ese es mi gran consejo a todo artista: que ame su carrera como sacerdocio, como lo hice yo", agregó.

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La Guillot: 60 años de reinado


La Guillot: 60 años de reinado

NORMA NIURKA

El Nuevo Herald

Para la historia del bolero, 60 años son más de la mitad de su existencia; para La Reina del Bolero, Olga Guillot, significa gran parte de su vida, tiempo acumulado disfrutando y desarrollando un arte que quiso alcanzar desde niña.

La bolerista cubana por excelencia ostenta ese título desde la década de 1950, cuando La Habana era el paraíso del espectáculo, y ella, profeta en su tierra. Su estilo único rompió barreras en los años 40 y la fuerza de su interpretación del género romántico marcó con su nombre la historia de la música cubana.

En la sala de su apartamento en Miami Beach --donde vive con su hija Olga María, los dos perritos que la acompañan hasta en sus viajes, y la fiel Juanita que ha cuidado la casa y a ellas por décadas-- la leyenda recuerda una vida dedicada al arte, que ella califica de "sacerdocio".

"Cuando me di cuenta de que cumplía 60 años de artista, sentí que eran muchos años y me dio una impresión muy grande", señala Olga, vestida de rojo tomate, acabada de maquillar y peinar para la cámara. "Entonces dije: Dios mío, ¿cómo pudo haber pasado tanto tiempo? Pero hice un recuento de mi vida artística, y puedo decir que el sueño de una niña de siete años se cumplió".

Todo este año, la Guillot ha faltado de Miami. Le han estado celebrando su aniversario con homenajes e invitaciones a cantar en distintos paíes Acaba de regresar de un recorrido por España donde se proclamó, en vida, su legendaria figura.

Aunque anunció su retiro en 1982, ha seguido presentándose en algunos escenarios y sorprendiendo con una voz en perfectas condiciones y el mismo dramatismo que la llevó a la fama.

Olga fue una de las primeras intérpretes femeninas del género en la década de 1940; y en los 50 era la bolerista más popular de Cuba y su nombre aclamado fuera del país. Por 18 años reinó en la radio, la televisión y los cabarets de la isla hasta que, en 1961, marchó a Venezuela para pasar enseguida a México donde permanecería exiliada por más de 30 años, hasta que se radicó en Miami Beach.

Sentada en la punta del sofá, casi en vilo, la artista hace recuento de una carrera que le ofreció seis décadas de permanencia. Va poniendo todo en su lugar, reconociendo a cada quien y cada canción, cada triunfo o decepción, desde que era una niñita ansiosa por "ser artista".

Guarda especial cariño por Santiago de Cuba, su lugar de nacimiento; y siente añoranza por la Habana Vieja, adonde la llevaron a los tres años de edad y se crió.

"Mi esposo es Oriente y mi amante es La Habana", define. "Nazco en una tierra muy linda y me forman en otra que amo; lo que más recuerdo en el exilio es mi Habana Vieja".

Ella vivía pobremente junto a su madre, su padrastro y su hermana Ana Luisa; su única herencia era la musicalidad de la familia.

"No había ni para la guagua, teníamos que ir solitas caminando al colegio, mi madre era modistilla de barrio. En aquella humildad, fuimos unas niñas buenas y sanas por la forma en que nos criaron".

Además, tenían voz.

"Cantábamos juntas en todas las fiestas, yo hacía de hombrecito y mi hermana de niña; mi mamá nos vestía de mexicanitas y cantábamos rancheras".

A los 7 años de edad, Olga ingresó en una compañía infantil; y a los 10, concursó con su hermana en La Corte Suprema del Arte, famoso programa radial de aficionados.

"Cantamos Noche de ronda y ganamos el segundo premio. Nos dieron 10 pesos y un paquete de dulces", dice.

Después de formar el dúo Onda Azul con otra niña, Olga se sentía frustrada.

"Yo pensaba: esto no va a funcionar. Me hice un reto a mí misma como ser humano; tenía que lograrlo. Mi mamá decía: Ya has hecho todo, no lo vas a lograr. Ahora me divierte pensar en eso, valió la pena porque supe lo que son los fracasos".

Facundo Rivero la hizo una de las voces del Cuarteto Vocal Siboney, que acababa de fundar, bajo la dirección de la compositora Isolina Carrillo. Siboney, pionero de los cuartetos cubanos de música romántica, trabajaba en la radioemisora Cadena Azul y hacía coros a los artistas extranjeros que actuaban en la isla.

"Ese fue el `Abrete Sésamo' de Olga Guillot. El nombre de Olga Guillot se lo debo a Facundo Rivero, gracias a él hice mi carrera", asegura. "Ganaba $8 a la semana, en aquella época era mucho dinero, mi mamá estaba muy contenta".

Pronto ganaría $75 a la semana en el Zombie Club y daría también a conocer su voz en las vitrolas interpretando, para el sello Panart, Stormy Weather en español (Lluvia gris). La Panart le grabó unos boleros y, aunque fue la primera vez que la Guillot se acercó al género, ella dice que el disco "lo escondieron" y "no sirvió para nada".

Eso sucedía en los años 40, y no grabaría más hasta 1954 cuando impactaría al mundo de la canción con Miénteme, del mexicano Armando Domínguez. Pero el primer bolero que cantó en un escenario fue La gloria eres tú, de José Antonio Méndez (tema que la lanzó a la fama internacional), en el Teatro Nacional de La Habana. Fue donde por primera vez movió las manos, haciendo filigranas, en esa expresión que iba a ser su característica como intérprete.

Del bolero le gustó siempre la letra, más que la melodía.

"El bolero tiene muchos poetas, y sin poeta no hay bolero", dice. "La música me gusta, pero lo que yo disfruto son las letras, yo soy más intérprete".

El feeling también la tendría como intérprete, al surgir en La Habana ese movimiento musical, guiado por cantautores como Méndez y César Portillo de la Luz (de quien Olga interpretaría uno de sus mayores éxitos, Contigo en la distancia). Si la televisión ayudó a consolidar su fama, la grabación de Miénteme con el sello Puchito, en 1954, representó un hito en su carrera.

"A las mujeres en Cuba no las grababan, detrás de mí salen muchas cancioneras a grabar", señala.

Reconocida dentro y fuera de la isla, con fama y fortuna, Olga Guillot entró de lleno en una época dorada de la canción junto a los mejores compositores. En 1960 dio a luz su única hija, Olga María, concebida en su relación amorosa con el compositor y pianista René Touzet. En 1961, dos años después del triunfo de la revolución, Olga elige el camino del exilio.

"Me quitaron mis propiedades y empecé a decir dondequiera que me paraba: Ahí viene el comunismo", explica.

Después de 18 años de carrera y cuatro discos Puchito, marchó a Caracas con su hija de ocho meses. Retomó su carrera, grabó 54 LPs con el sello Musart y rehizo su fortuna. Conserva su casa del Pedregal en México y regresa cada vez que puede.

Actualmente trabaja en un proyecto disquero junto al productor Bebu Silvetti. Pero, ¿por qué ninguna disquera le ha grabado?

"Toda España está llena de discos míos, las compañías viven de mis discos, pero no me graban porque como lo que se está cantando es lo que yo hice hace 40 años, piensan que voy a cantar otra vez Contigo en la distancia. Y se equivocan, soy muy buena estrenando canciones; buscaría buenos compositores jóvenes".

La Reina del Bolero sigue en su trono. Ha vivido cinco matrimonios y divorcios, ha grabado 58 discos de un género que no quiere morir y es reconocida en el mundo entero.

"Dejé hasta mi vida sentimental por mi carrera", dice. "Si hoy soy una mujer sola, me siento plena de haber llegado a cumplir los 60 años de artista; es un regalo de Dios, que me ha dado salud para llegar aquí".

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Los boleros de Olga Guillot 
llegan hoy al Centro Cultural de La Villa 




MAURILIO DE MIGUEL
El MUNDO, MADRID 
Jueves, 28 de mayo de 1998 

MUSICA 
 

MADRID.- Olga Guillot, «la reina del bolero», inicia esta noche, en Madrid, su gira de actuaciones por la Península. El Centro Cultural de la Villa (21.00 horas, 3.000 ptas.) acoge su recital, y a lo largo del cual se verá acompañada por una orquesta de ocho músicos, para dar cuenta de un repertorio en el que no faltan referencias históricas de la canción cubana.

Madrid será la primera plaza en la que se rinda tributo a la cantante, teniendo en cuenta que esta temporada cumple 60 años de trayectoria profesional. Seis décadas que, además, se conmemoran con la edición especial de una grabación que la veterana vocalista realizó en La Habana, durante los años 1953 y 1954, en plena «era dorada» del bolero.

Contigo en la distancia de César Portillo de la Luz, Tú me acostumbraste de Frank Domínguez, Vete de mí de B.H. Expósito, Total de Ricardo García Perdomo y son algunas de las piezas, ya clásicas, que Olga Guillot incluye en esta grabación titulada Vivir los recuerdos. Un compacto que, de entrada, estará a la venta en los auditorios españoles por los que pasee su espectáculo.

Olga Guillot comenzó su andadura musical en 1938, cantando en la radio habanera, para entrar en seguida a formar parte del cuarteto Siboney. En 1945 debutó como solista y, un año más tarde, dio cuenta de sus primeras grabaciones, así como de su presentación ante el público neoyorquino.

De 1948 data su primera película musical, La Venus de Fuego. De 1954, su primer disco de oro, cosechado con su versión del tema Miénteme. De 1958 su actuación inicial en España y de 1961 su marcha definitiva de la Isla Grande. Actualmente radicada en México y con casa también en Miami, Olga Guillot ha sido la primera artista latina a la que el Carnegie Hall de Nueva York abrió sus puertas, en 1964. También la primera que cantó en Broadway, 10 años antes de que, en 1975, en España grabara la canción Me muero...me muero, ganándose con ello la calificación de cantante erótica.

Un total de 16 películas y 51 discos dan cuenta hoy de la carrera de Olga Guillot, un mito vivo de la canción antillana que, desde hace décadas, está por encima de clichés.
 

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Author not available, La Guillot: 60 anos de reinado. , El Nuevo Herald, 12-04-1998, pp 7B. 

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